martes, 28 de abril de 2015

Fraternidad



Crucifixión y muerte de Jesús
17 Tomaron, pues, a Jesús, y El salió cargando su cruz[j] al sitio llamado el Lugar de la Calavera, que en hebreo[k] se dice Gólgota, 18 donde le crucificaron, y con El a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. 19 Pilato también escribió un letrero y lo puso sobre la cruz. Y estaba escrito: JESUS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDIOS. 20 Entonces muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo[l], en latín y en griego. 21 Por eso los principales sacerdotes de los judíos decían a Pilato: No escribas, “el Rey de los judíos”; sino que El dijo: “Yo soy Rey de los judíos.” 22 Pilato respondió: Lo que he escrito, he escrito.
23 Entonces los soldados, cuando crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes, una parte para cada soldado. Y tomaron también la túnica[m]; y la túnica era sin costura, tejida en una sola pieza[n]. 24 Por tanto, se dijeron unos a otros: No la rompamos; sino echemos suertes sobre ella, para ver de quién será; para que se cumpliera la Escritura: Repartieron entre si mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes[o]. 25 Por eso los soldados hicieron esto. Y junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, la mujer de Cleofas, y María Magdalena. 26 Y[p] cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien El amaba que estaba allí cerca, dijo* a su madre: ¡Mujer, he ahí tu hijo! 27 Después dijo* al discípulo: ¡He ahí tu madre! Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa.
28 Después de esto, sabiendo Jesús que todo se había ya consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo*: Tengo sed. 29 Había allí una vasija llena de vinagre; colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la boca. 30 Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es![q] E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
31 Los judíos entonces, como era el día de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo (porque ese día de reposo era muy solemne[r]), pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran. 32 Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero, y también las del otro que había sido crucificado con Jesús[s]; 33 pero cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas; 34 pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. 35 Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis. 36 Porque esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No sera quebrado[t] hueso suyo. 37 Y también otra Escritura dice: Miraran al que traspasaron.

                                                                    Juan 19: 17- 37

Seguimos en esta mañana de martes analizando el mensaje que Jesús nos dejo durante su vida....

Hoy quiero que reflexionemos acerca de un hecho que en muchas ocasiones nos pasa desapercibido.

Es un hecho que todos mencionamos a veces.... La fe es para vivirla en comunidad.

Cuando Jesús iba ya a expirar sintió la necesidad de recordarnos que no estamos solos ante las dificultades de la vida, sino que Él creo una comunidad, la comunidad de quienes creemos en Dios y queremos trabajar por el Reino. Ese encuentro entre María y el discípulo amado simbolizaría el encuentro entre quienes amamos a Dios y queremos poner en práctica su Palabra.

Imagino en este rato de oración la desolación extrema de aquellos dos primeros cristianos que se enfrentan a la cruel realidad de la muerte de su Maestro, su Señor.

Desoladora la escena de ver a Cristo sufriendo en la mas extrema soledad después de haber sido aclamado durante tantísimo tiempo por multitudes.

Dónde estaban aquel primer Viernes Santo todos los que juraron amor eterno al Señor, todos aquellos que experimentaron durante aquellos tres años de evangelización la transformación radical de su vida a través de la acción de Dios.

Puedo comprender la desorientación que tendrían en aquellos momentos los discípulos de Jesús y por eso en este hermoso pasaje del evangelio quiso dedicar prácticamente sus últimas palabras a consolar a su madre y a su discípulo diciéndoles que no están solos.

Sea cuales sean los momentos de dificultad que nos toquen atravesar en nuestra vida... nunca estamos solos en esta aventura de trabajar por el Reino, porque Dios nos enseño a vivir de manera comunitaria y a compartir nuestros momentos de dificultad con nuestros hermanos.

Aquella micro comunidad de hermanos formada inicialmente por Juan y María es la comunidad de los hijos amados de Dios que siguen Su  voluntad a la que todos nosotros hemos sido llamados a formar parte y de la que ya forman parte millones de personas que conocieron el Evangelio y decidieron vivir de manera coherente a este mensaje.

Oremos en este día al Señor para que nos dé Su luz para que nunca nos alejemos de esta verdadera y auténtica comunidad de hijos suyos.

Bendiciones
 .

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