martes, 16 de septiembre de 2014

La Fe nos salvará


" Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiró de Sión.
Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada.

Pero El no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela pues viene gritando tras nosotros.
Y respondió El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

Pero acercándose ella, se postró ante El, diciendo: ¡Señor, socórreme!

Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perrillos.

Pero ella dijo: Sí, Señor; pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.

Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer,  grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento.

 Mat. 15: 21 - 28

El Evangelio nos cuenta la relación del ser humano con Dios a lo largo de la Historia. Los personajes  que aparecen en la  Biblia son personas de carne y hueso como tú y como yo que vivieron un encuentro con Dios como el que cada uno de nosotros hemos vivido en alguna ocasión. Estas historias están escritas en el Evangelio para que podamos a través de ellas conocer un poco más a Dios y cuales son sus planes para nuestras vidas.

En este pasaje, Mateo nos propone como ejemplo a esta mujer cananea.
Pero, ¿Qué es lo que podemos aprender de este encuentro de Jesús con la mujer?

Ella se presenta ante Jesús con determinación. Sabe que es el Señor y que todo lo puede. Sabe que es el único capaz de ayudar a su hija y no va a desistir hasta conseguirlo.

Esa es la Fe que Jesús admira en la mujer cananea y la que  sus propias palabras salvó a su hija.

Cualquiera podría pensar que esa mujer había leído la Biblia e interiorizado su mensaje... pero no. Ella era de esas personas que no lo necesitan. Siguen a Dios .casi de manera innata con una Fe verdadera.

Dios prueba la Fe de la mujer dándole una contestación dura muy dura y ella sabe contestarle...
¿ Cual es nuestra respuesta a las pruebas de Fe que se presentan en nuestra vida?
¿Es nuestra Fe férrea como la de esta admirable mujer? Porque Mateo expresa muy claro que es una Fe fuerte la que nos permitirá obtener todo aquello que deseemos.

En este ratito de oración entorno a la lectura del evangelio de Mateo debemos reflexionar acerca de lo que podemos hacer en nuestra vida cotidiana para que nuestra Fe se vaya poco a poco pareciendo a la que Dios quiere ver en nosotros para poder darnos mas bendiciones de las que imaginamos.

Empecemos por tener confianza en Dios y presentarle cuales son nuestras inquietudes, pedir que derrame su gracia sobre quien mas queremos, insistirle en nuestra petición  teniendo paciencia para que Dios cubra nuestras necesidades a su tiempo... y lo mas importante es tener entereza para afrontar todos los momentos de dificultad conscientes de que

 LA BENDICIÓN  SIEMPRE SERÁ MAS GRANDE QUE LA PRUEBA.

Amen.


















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