martes, 5 de agosto de 2014
Necesidad del Ayuno
" Entonces Proclamé allí, junto al río Ahava , un ayuno para que nos humilláramos delante de nuestro Dios a fin de implorar de El un viaje feliz para nosotros, para nuestros pequeños y para todas nuestras posesiones.
Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropas y hombres de a caballo para protegernos del enemigo en el camino, pues habíamos dicho al rey: La mano de nuestro Dios es propicia para con todos los que le buscan, mas su poder y su ira contra todos los que le abandonan.
Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios acerca de esto, y Él escuchó nuestra súplica".
Esdras 8: 21 - 23
¡Qué fabuloso este mensaje que se nos entrega a través de Esdras! Dios no deja de su mano a quienes le buscan, protege a quienes le quieren.
Sin embargo, con frecuencia se nos olvida esto y buscamos otras seguridades, tenemos prioridades bien distintas a las que Dios nos propone.
Sabemos que nuestra felicidad está en la cosas de Dios, lo hemos comprobado tantas veces.... pero nos dejamos llevar por quienes no son hijos de Dios y tenemos aspiraciones materiales que nunca son suficientes.
Por eso en el camino a la perfección propuesto en el evangelio se habla de ayuno desde el antiguo testamento como forma de deshacerse de todos esos deseos materiales que nos nublan el entendimiento y nos alejan de las cosas de Dios.
Ayunar, es hacer una renuncia. Existe un refrán bien extendido que dice... A quien algo quiere algo le cuesta.
Pues bien, si queremos estar entre esos preferidos de Dios, si queremos que nos de su protección y nos colme de sus bienes debemos dar un primer paso de renunciar a esas cosas que no son de su agrado, porque nos hacen daño.
Dios nos quiere infinitamente por ser hijos suyos. Quienes sois padres podréis corroborarme que un padre solo ansía lo que es mejor para su hijo.
No se trata de que Dios nos quiera mal porque no nos concede ese trabajo, ese auto, esa casa o cualquier cosa de la que ansiamos sino que quizás eso que deseamos a la larga va a ser causa de dolor para nosotros.
Debemos presentar a Dios nuestras inquietudes y pedir que nos cubra nuestras necesidades, sólo Él sabe lo que a la larga nos conviene....
¿ Quien de vosotros, habiendo confiado en Dios, se ha visto defraudado? Más bien, cada vez que hemos depositado en Dios nuestras inquietudes hemos sido colmados de sus bendiciones.
Pues entonces ¿ Por qué nos cuesta tanto confiar en Dios? ¿ Por qué nos seguimos empeñando en conseguir las cosas por nuestros propios medios?
Por eso es por lo que en la palabra se habla de el ayuno como forma de humillarnos ante Dios y reconocimiento de nuestra necesidad de El.
Presenta en este rato de reflexión a Dios tus inquietudes y tus cargas para que ilumine tu entendimiento con las soluciones que no son provisionales sino eternas como su Amor es eterno.
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