martes, 8 de julio de 2014

Refugio y defensa ( 11 ).


" En el SEÑOR me refugio; ¿cómo decís a mi alma: Huye cual ave al monte?.

Porque, he aquí, los impíos tensan el arco, preparan su saeta sobre la cuerda para flechar en lo oscuro a los rectos de corazón.
Si los fundamentos son destruidos; ¿ qué puede hacer el justo?.

El SEÑOR está en su santo templo, el trono del SEÑOR está en los cielos; sus ojos contemplan, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.

El SEÑOR prueba al justo y al impío, y su alma aborrece a quien ama la violencia.
Sobre los impíos hará llover carbones encendidos; fuego, azufre y viento abrasador será la porción de su copa.

Pues el SEÑOR es justo; El ama la justicia, los rectos contemplarán su rostro."
                                          Salm.11

Si miramos a nuestro alrededor observamos una sociedad en la que parece que la ley que nos rige es la del ojo por ojo. Cuando alguien nos hace daño parece que buscamos el modo de devolverle el daño y no paramos hasta verle pagar por lo que hizo.

Sin embargo este salmista nos hace entender que en el Reino de Dios las cosas no son así. Dios nos pide que tengamos buena actitud para con quien nos hace daño y nos habla su implacable defensa.

Si los hombres defendemos con firmeza a nuestros hijos... ¿ cuanto más no hará DIOS para defendernos?

Por eso el salmista nos propone acudir a Dios en nuestros momentos de dificultad porque EL nos socorrerá y nos protegerá.

Esto me recuerda cuando de niños sentíamos que nuestro padre era invencible, lo sentíamos como el mejor protector y defensor.... y en cierto modo así era. Nadie como un padre para cobijarte.

Reflexiona ahora acerca de los momentos de tu vida en los que acudiste a Dios desbordado por la situación y te sentiste aliviado y protegido por EL.

Para eso tenemos la oración para recurrir a ella cuando las cosas se tornan mas difíciles y parece que no vemos salida.... Eso nos enseñó el mismo Jesucristo cuando ante la inminencia de su muerte se refugió en la oración en el huerto de los olivos.

No decidió tomarse la justicia por su mano como quizás muchos de nosotros hubiéramos deseado hacer, sino que dejó la situación en las manos del SEÑOR, para que en su inmensa sabiduría y bondad decidiera acerca de la situación.

Eso es lo que Dios espera de nosotros. Que pongamos en sus manos hasta las situaciones más difíciles de nuestra vida y Dios hará de acuerdo a lo que dice el salmo. Los justos serán salvos mientras todos los males recaerán sobre los impíos.

Cuando llegue el último día.... ¿En qué lado quieres estar?

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