lunes, 7 de julio de 2014
Camino de la perfección
"Amos, tratad con justicia a vuestros siervos, sabiendo que vosotros también tenéis un Señor en el cielo.
Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también por nosotros, para que Dios nos abra la puerta para la palabra , a fin de dar a conocer el Misterio de Cristo, por lo cual también he sido encarcelado, para manifestarlo como debo hacerlo.
Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo.
Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como la sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.
Col. 4: 1 - 6
Cuando uno toma conciencia de la grandeza que ha tenido nuestro Señor es inevitable sentir la necesidad de corresponder en la medida de nuestras posibilidades para con su gracia.
A lo largo del Evangelio son muchas las menciones de nuestra misión como mensajeros de la Buena Noticia, pero estas palabras de Pablo deben causar en nosotros especial impresión.
Estando en la cárcel, envía misivas a sus seguidores explicándoles cómo deben hacer para seguir a Cristo.
En un mundo en el que los valores Cristianos eran tan opuestos a lo cotidiano como ahora, los discípulos de Jesús y sus seguidores eran perseguidos como hoy en día lo son nuestros hermanos en no pocos países pero eran tan responsables con la misión que Jesús les dejó que fueron capaces de llegar al extremo entregando sus vidas por el mensaje.
¿Tenemos nosotros el valor de entregarnos de esta manera a la tarea del Reino? Mucho me temo que nos dejamos acobardar por la mayoría siendo incapaces de ser testigos del SEÑOR en nuestra vida cotidiana.
Pablo nos presenta aquí el secreto de su fuerza, la manera de fortalecerse en nuestra vida, la fuente en la que debemos beber para tener esa vida eterna que solo Dios nos puede ofrecer.
El mensaje que nos deja en esta lectura Pablo está dividido en dos partes.... Orar y Actuar.
Nos propone acercarnos al Evangelio como guía para nuestra vida cotidiana. Nos dice que le pidamos Dios que nos permita crecer en sabiduría para saber afrontar las situaciones que nos surjan en nuestra vida humana.
Aquí está el secreto de la sabiduría y fortaleza de Pablo. Dios puede hacer de nosotros verdaderos enviados suyos solo si nos ponemos a su disposición.
Es leyendo el Evangelio como se llega a conocer a Dios y se puede dar testimonio de ÉL.
Una vez que demos este paso, Pablo nos propone un segundo paso hacia la perfección que es el Actuar. Debemos tratar a los demás, incluso a los mas pequeños con justicia y de acuerdo al Evangelio. Así es como haremos presente el Reino de Dios en este mundo de desastres, injusticias, egocentrismos, guerras, abusos, idolatrías, dolor y tristezas.
Sólo siguiendo estos consejos de Pablo podremos estar más cerca del SEÑOR.
¿ Tu quieres ser el siguiente?
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