Los planes de Dios

" Porque yo sé los planes que tengo para vosotros - declara el Señor- planes de bienestar y no de calamidad, para darnos un futuro y una esperanza.

Me invocaréis y vendréis a rogarme, y yo os escucharé."

                                                        Jer. 29: 11 - 12


Cuando uno camina por la calle encuentra a personas eufóricas, tristes, desesperadas, agobiadas, desoladas, tristes, preocupadas, frenéticas, enojadas, .... todos estos estados de ánimo son humanos, todos los hemos experimentado en alguna  ocasión pero todo eso es mundano, no de Dios.

Dios nos dice en este pasaje de Jeremías de manera muy clara que eso no es lo que quiere para nosotros. Eso no es de Dios

Lo que quiere Dios para nosotros es la plenitud. La felicidad en estado máximo.

Esa felicidad que todo el mundo parece buscar solo nos la da saber que Dios Creador, nuestro Padre y Señor nos sostiene y tiene planes para con nosotros mucho mas ambiciosos de lo que nunca nosotros pudimos soñar.

¿ Has experimentado tú alguna vez esto que te cuento? Si hacemos el ejercicio de ver nuestra vida en modo de perspectiva sabiendo lo que hoy vemos entendemos que si hemos sido capaces de confiar en Él hemos tenido una vida mejor de lo que nosotros mismos hubiéramos planificado....

Si estas de acuerdo conmigo Grita Aleluya.

Si esto es así como nosotros creemos... ¿ Por qué nos sigue costando tanto confiar simple y llanamente en los planes de Dios? ¿ A que esperamos a entregarnos a nuestra voluntad?

Todos tenemos ese miedo increíble a no ser directores en esta orquesta de nuestra vida, nos da verdadero pánico no tener las riendas de nuestra vida, pero... analizando lo que hacemos de ella cuando mandamos nosotros, debemos reflexionar de manera tranquila y serena si de verdad eso es lo que queremos.

¿ No será hoy mismo que lees esto el día de entregarnos y acoger la voluntad de Dios, ese Plan perfecto que el Señor y Todopoderoso tiene guardado para nosotros?

¡Si tu que eres pecador quieres los mejor para quienes quieres cuanto mas no querrá Dios, que es Amor, para sus hijos!
 
Invoca conmigo la ayuda de Dios porque tal y como dice en este pasaje de Jeremías Dios siempre espera la llamada de sus hijos para venir en su auxilio y socorro.