Parábola de la viuda y el juez injusto
18 Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer, 2 diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno. 3 Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente, diciendo: “Hazme justicia de mi adversario.” 4 Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo para sí: “Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno, 5 sin embargo, porque esta viuda me molesta, le haré justicia; no sea que por venir continuamente me agote la paciencia[a].” 6 Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo* el juez injusto. 7 ¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles[b]? 8 Os digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe[c] en la tierra?
Lucas 18: 1 - 8
Si repasamos nuestra vida.... nos pasamos una parte muy importante de nuestro tiempo alegando porque Dios no nos dio tal o cual cosa que le pedimos....
En este rato de oración os propongo reflexionar acerca de cómo nosotros pedimos porque si de verdad fuéramos como esta viuda que aparece en este pasaje del Evangelio que no cesó de pedir hasta que recibió lo que quería.... sin duda Dios no nos lo negaría.
Estamos ante un Dios justo que nunca nos negará aquello que "Nos Corresponde". Entonces os propongo hacer una reflexión profunda acerca de qué eso en concreto que le reprochamos a Dios.
¿Realmente vemos que es algo justo, que nos corresponde? En un porcentaje muy alto de las ocasiones veremos que estamos pidiendo algo que no corresponde, algo que solo queremos para hacer mas grande nuestro ego o para dar respuesta a deseos que nos fueron puestos en nuestro corazón por el enemigo y por eso no ha sido respondida por Dios nuestra súplica.
En caso contrario (si se trata de algo que es digno de pedir a Dios y que es justo, que hace referencia a una verdadera necesidad de tu corazón y le vas a dar buen uso) tendrás que pensar acerca de cómo se lo has pedido a Dios. Porque en esta parábola se dice muy claramente que si pedimos a Dios algo que nos corresponde, nunca nos será negado.
Una vez que tenemos clara la petición que tenemos para el Padre, debemos ponernos " Manos a la obra" en la perseverancia de la oración conscientes de que si ni siquiera el juez injusto se resistió a hacer justicia con la viuda, con mas motivo nuestro Padre que es justo cubrirá nuestras necesidades pero debemos ser perseverantes en la oración y conscientes de que la oración es acción.
De nada sirve orar si en nuestra vida diaria nos contradecimos y no alabamos a Dios.
Bendiciones
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