jueves, 16 de octubre de 2014
Confianza
26 En ese día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, 27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis creído que yo salí del Padre. 28 Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre. 29 Sus discípulos le dijeron*: He aquí que ahora hablas claramente y no usas lenguaje figurado[a]. 30 Ahora entendemos que tú sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que tú viniste de Dios. 31 Jesús les respondió: ¿Ahora creéis? 32 Mirad, la hora viene, y ya ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado[b], y me dejaréis solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo. 33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad[c], yo he vencido al mundo.
Juan 16:26-33
Me sorprende lo incrédulos que somos muchas veces. Cuantas veces escuchamos o leemos la palabra de Dios y no la creemos...
Es una gran alegría tener a un gran Padre paciente que entiende nuestras dudas y es capaz de repetirnos las cosas y decírnoslas mil veces hasta que al fin nos las creemos... y nos pregunta sin enojarse ¿ Ahora lo creéis?.
Nosotros a la segunda vez ya estaríamos molestos.... pero Dios nos tiene una infinita paciencia.
Esto sin embargo no nos disculpa.
Cuando desconfiamos de alguien suele ser porque hemos tenido una experiencia decepcionante anteriormente, pero Dios.... ¿ Cuando nos ha fallado?
Dice muy bien la lectura que Dios nos ama por ser hijos suyos y por haberle reconocido como Padre de Jesucristo y Padre Nuestro y todo lo que le pidamos nos lo dará.
Jesucristo se despide de sus discípulos sabiendo que se acerca su hora, la hora en que será traicionado pero con la seguridad de que el Padre no le dejará, por lo que se sabe vencedor y anuncia su regreso.
Creo que lo que nos quiere enseñar esta lectura es esa confianza ciega que Jesucristo tiene en el Padre. Sabe que no le faltará su protección ni en el momento más difícil y que Él le colma de bienes a quienes le reconocen como Padre.
En este rato de oración debemos reflexionar sobre nuestra confianza en Dios...
1. Cuando llegan los momentos de dificultad.
¿ Somos capaces de pensar que El es está con nosotros y nada puede pasarnos?
2. Cuando nos acercamos a orar por nuestras necesidades o las de nuestros hermanos.
¿ Confiamos en que Dios cubrirá nuestra necesidad?
3. Cuando nos preguntan por nuestra fé.
¿ Somos capaces de reconocer a Dios como nuestro Padre y confiamos en que Jesucristo venció a la muerte y cumplirá su promesa de hacernos partícipes de la vida eterna?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario