viernes, 13 de noviembre de 2015

Nuestra Mies



¿Qué es para mí la abundancia de vuestros sacrificios?
—dice el Señor.
Harto estoy de holocaustos de carneros,
y de sebo de ganado cebado;
y la sangre de novillos, corderos y machos cabríos no me complace.
12 Cuando venís a presentaros delante de mí,
¿quién demanda esto de vosotros, de que pisoteéis mis atrios?
13 No traigáis más vuestras vanas ofrendas,
el incienso me es abominación.
Luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas:
¡no tolero iniquidad y asamblea solemne!
14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas señaladas las aborrece mi alma;
se han vuelto una carga para mí,
estoy cansado de soportarlas.
15 Y cuando extendáis vuestras manos,
esconderé mis ojos de vosotros;
sí, aunque multipliquéis las oraciones,
no escucharé.
Vuestras manos están llenas de sangre.

16 Lavaos, limpiaos,
quitad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos;
cesad de hacer el mal,
17 aprended a hacer el bien,
buscad la justicia,
reprended al opresor,
defended al huérfano,
abogad por la viuda.
                                                   Isaías 1: 11 - 17
 
 
Para sistematizar un poco mis meditaciones Cristianas, en esta nueva temporada iré abordando los distintos libros.
 
Para empezar, os propongo que abordemos el libro de Isaías y en concreto hoy hagamos una reflexión acerca de este pasaje.
 
En él, Dios nos dice de manera clara y concisa lo que quiere y lo que no quiere de nosotros.
 
Analicemos en nuestra vida. ¿Qué tipo de ofrendas le estamos presentando al Señor?.
 
Con frecuencia, los cristianos nos sentimos en paz  con Dios cuando cumplimos con determinados ritos y tradiciones.
 
Sin Embargo, eso no es lo que Dios quiere. En este pasaje del libro de Isaías se nos dice muy clarito
que tal y como dice el refrán OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES.
 
Dios quiere que quienes nos rodean no necesiten que les hablemos de Él para saber que somos Cristianos. Se nos debe notar en el actuar.
 
En definitiva, los Cristianos debemos ser manos de Dios en la vida de los hermanos. 
 
De nada servirá que sigamos elevando plegarias a  Dios si nuestros actos no son los propios de sus hijos.
 
Es frecuente que en nuestros días haya personas que cuestionen la existencia de Dios, y en realidad es que cuesta encontrar a Dios entre tanta obra del enemigo pero la cuestión está en que quienes estamos llamados a ser representantes de nuestro padre en este mundo hace ya demasiado tiempo decidimos que era más cómodo sentarnos a ver pasar el tiempo que luchar por el Reino de Dios.
 
Dios dijo: Quien no está conmigo, está contra mí. 
 
Yo os invito a reflexionar en esta mañana en qué bando estamos.
 
Dios en su infinita misericordia nos da cada día la oportunidad de cambiar. Nunca es tarde para pasar al bando de los hijos de Dios.
 
Si estáis de acuerdo conmigo en que la mies es mucha y los obreros pocos.... remanguémonos y empecemos a trabajar para hacer de este mundo una digna creación de Dios.
 
El único camino para esto es lavarnos, limpiar nuestras obras, reprender al opresor y luchar por la justicia.
 
Sí. Sé que no es fácil pero es el único camino hacia la presencia del Padre.
 
Oremos pues para que Dios nos dé la fortaleza para romper las cadenas que nos tienen amarrados a esta vida que no agrada a Dios ni a nosotros mismos.
 
BENDICIONES 
 
 
 
 

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