sábado, 23 de mayo de 2015

En la derrota (60)

Lamento y oración en la derrota
60 Oh Dios, tú nos has rechazado, nos has quebrantado,
te has airado. Restáuranos, oh Dios.
Has hecho temblar la tierra, la has hendido;
sana sus hendiduras, porque se tambalea.
Cosas duras has hecho ver a tu pueblo;
nos has dado a beber vino embriagador[c].
Has dado un estandarte a los que te temen,
para que sea alzado por causa de la verdad. (Selah[d])
Para que sean librados tus amados,
salva con tu diestra, y respóndeme[e].
Dios ha hablado en su santuario[f]:
Me alegraré, repartiré a Siquem,
y mediré el valle de Sucot.
Mío es Galaad, mío es Manasés,
Efraín es el yelmo[g] de mi cabeza,
Judá es mi cetro[h].
Moab es la vasija en que me lavo;
sobre Edom arrojaré mi calzado;
clama a gritos, oh Filistea, a causa de mí.
¿Quién me conducirá a la ciudad fortificada?
¿Quién me guiará[i] hasta Edom?
10 ¿No eres tú, oh Dios, el que nos ha rechazado?
¿No saldrás, oh Dios, con nuestros ejércitos?
11 Danos ayuda contra el adversario,
pues vano es el auxilio[j] del hombre.
12 En[k] Dios haremos proezas,
y El hollará a nuestros adversarios
 
                                                                  Salmos 60

Hoy quiero que en este rato de oración reflexionemos acerca de una realidad que a todos nos ha tocado vivir.
Se trata de las crisis existenciales de fe.
 
A todos en los momentos de dificultad nos han surgido las dudas, se nos ha esfumado nuestra confianza en Dios al habernos sentido en el borde del despeñadero solos, agotados y confusos.
 
Es propio de nuestra naturaleza humana sentirnos indefensos ante la incertidumbre y lo desconocido pero en este Salmo 60 se nos muestra el camino que lleva al creyente desde ese estado de desesperación hasta el triunfo.
 
No se pretende convencernos de que el creyente no vaya a tener esas  amargas experiencias de desesperación sino que lo que diferencia a un creyente de alguien que no lo es pasa por las decisiones que los creyentes hemos de tomar.
 
Se creyentes es saber que el mundo no se acaba en ese precipicio sino que ahí ( precisamente ahí) puede estar el principio de un nuevo camino en tu vida que apoyándote en Dios sin duda te conducirá a la Gloria que está reservada a aquellos guerreros de Dios que no se rinden ante la dificultad sino que la ven como una oportunidad única de hacer cosas grandes.
 
Sin embargo, al final de este Salmo nos encontramos ya con un creyente de Fe renovada que se reencontró con la grandeza del Padre y tomó conciencia de que si Dios es  Todopoderoso..... nosotros somos sus hijos y todo lo podemos con su apoyo y ayuda.
 
Es  frecuente que en nuestra vida como Cristianos nos llegamos a olvidar de las grandezas de Dios y sólo ante situaciones de extrema necesidad nos acordamos de Él, solo en esa delgada línea en la que estamos agobiados y desesperados antes de estar resignados porque ahí ya sería demasiado tarde. Estaremos ya demasiado enojados con Dios por no haber atendido a nuestras exigencias en el momento en que lo necesitamos como para ser capaces de escuchar sus motivos..... pero ¿ Por qué es necesario llegar a este extremo?.
 
El Salmista aquí nos anima a recurrir a Dios en oración en los momentos de Derrota.
 
Sea cual sea esa situación de que te desborda, te invito en este rato a presentársela a Dios con la confianza del salmista de que solo Dios será nuestro apoyo y protección ante cualquier enemigo y solo Él podrá levantar puentes en el mayor abismo de tu vida..... Puentes levantados, eso sobre los cimientos de tu fe y tu oración.
 
Bendiciones 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario