miércoles, 11 de febrero de 2015

Proyectos



Parábola de la gran cena

15 Cuando uno de los que estaban sentados[o] con El a la mesa oyó esto, le dijo: ¡Bienaventurado[p] todo el que coma pan en el reino de Dios! 16 Pero El le dijo: Cierto hombre dio una gran cena, e invitó a muchos; 17 y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los que habían sido invitados: “Venid, porque ya todo está preparado.” 18 Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero le dijo: “He comprado un terreno[q] y necesito ir a verlo; te ruego que me excuses.” 19 Y otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos; te ruego que me excuses.” 20 También otro dijo: “Me he casado, y por eso no puedo ir.” 21 Cuando el siervo regresó, informó de todo esto a su señor. Entonces, enojado el dueño de la casa, dijo a su siervo: “Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos[r], los ciegos y los cojos.” 22 Y el siervo dijo: “Señor, se ha hecho lo que ordenaste, y todavía hay lugar.” 23 Entonces el señor dijo al siervo: “Sal a los caminos y por los cercados, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa. 24 “Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron invitados probará mi cena.”

                                                              Lucas 14: 15 - 24 

Al leer este pasaje del Evangelio a uno le vienen a la mente varias cuestiones que os comparto en esta mañana de miércoles por si os sirven para la reflexión....

En primer lugar cabe destacar como Jesús nos transmite la necesidad de la planificación. El éxito o fracaso de nuestros proyectos depende del esfuerzo que hagamos en su planificación. Con frecuencia estamos sentados en nuestro sillón deseando que tal o cual cosa llegue a nuestra vida como por arte de magia. Pero la vida nos va enseñando que nada llegará si no ponemos  de nuestra parte trabajando porque "QUIEN ALGO QUIERE ALGO LE CUESTA".

Sin embargo, siguiendo con la lectura vemos que los proyectos de Dios no siempre sale como preveía....por causa de nuestra manía de presentar escusas baratas, porque a cada cual de los motivos que presentan los invitados a la cena resultan ser mas absurdos.

Llegado a este punto nos toca hacer un análisis de conciencia... ¿ Cuales son los motivos que damos cada vez que no acudimos al encuentro con el SEÑOR? ¿Realmente te parecen motivos creíbles para renunciar a la bendición que Dios tiene prevista para ti?

Si nosotros renunciamos a la Bendición que Dios nos ofrece, está claro que otro ocupará nuestro lugar, por lo que en este rato de oración os propongo reflexionar acerca de si de verdad quieres quedar fuera de la gran fiesta que sin duda tendrá lugar al final de los tiempos cuando Dios nos pida rendir cuentas acerca de nuestro trabajo por el Reino...

Dios quiere que todos tengamos la oportunidad de celebrar este banquete y que sea un día de gran alegría. Ya sea porque eres de los invitados en primera instancia o de los que aprovecharon la segunda convocatoria te propongo que te aferres a la ocasión de estar en la Casa del Señor, protegido por su manto de bendición que supondrá que no te falte nada.

Una última reflexión aplicable a nuestra vida es sobre como ni siquiera a Dios le resultan los planes tal y como esperaba .... y sin embargo no se da por vencido sino que toma una decisión sobre la marcha y consigue que su plan último siga adelante a pesar de haber recibido el no de tantos y tantos invitados.

Debemos pues en este rato de oración presentar a Dios cuales son nuestros proyectos de vida, qué pensamos hacer si estos no salen como esperamos y sobre todo pedirle a Dios su discernimiento acerca de si estos proyectos que tenemos para nuestra vida nos van a servir o no para estar mas cerca del Señor y de su Reino.

Bendeciones



 

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