María unge a Jesús
12 Entonces Jesús, seis días antes de la Pascua, vino a Betania donde estaba Lázaro[a], al que Jesús había resucitado de entre los muertos. 2 Y[b] le hicieron una cena allí, y Marta servía; pero Lázaro era uno de los que estaban[c] a la mesa con El. 3 Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó[d] con los cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume. 4 Y Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que le iba a entregar[e], dijo*: 5 ¿Por qué no se vendió este perfume por trescientos denarios[f] y se dio a los pobres? 6 Pero dijo esto, no porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella. 7 Entonces Jesús dijo: Déjala, para que lo guarde para el día de mi sepultura[g]. 8 Porque a los pobres siempre los tendréis[h] con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis[i].
Juan 12: 1 - 8
Sabiendo lo que luego sucedió, nos damos cuenta de que de verdad María supo ver cual era la oportunidad propicia para entregar al Señor su perfume... ¿ Verdad?
En cada uno de los pasajes del Evangelio se nos presenta el ejemplo de alguien que en su vida tuvo un encuentro mas o menos afortunado con el Señor y se nos presenta el ejemplo para que aprendamos y apliquemos el aprendizaje a nuestra vida.
Por eso cada vez que leemos un pasaje del Evangelio tenemos que cuestionamos qué es lo que Dios quiere que aprendamos de tal o cual personaje.
Cada uno de esos personajes presenta una actitud que agrada o desagrada a Dios y que podemos ver reflejada en nuestra vida.
Al fin y al cabo estudiar la palabra implica hacer un camino hacia la perfección, el camino que nos lleva al Reino de Dios.
Pues bien. El espejo en el que hoy nos toca mirarnos es María.
María, hermana de Marta y de Lázaro, estaba cenando aquella noche con Jesús y sus discípulos y decidió entregarle a Jesús lo mejor que tenía.
En aquellos tiempos los perfumes eran lo mas más valioso que la gente tenía. Suponían un ahorro que ayudaba en los tiempos de vejez.
Lo que se nos dice en esta lectura es que María entregó a Jesús todos sus ahorros, todo lo que tenía.
En nuestra cultura del consumismo, el ahorro es lo más importante. Es una virtud el ser capaz de reservar de nuestros bienes para cuando llegue la ocasión en la que nos haga falta. Pero aquí se nos hace reflexionar acerca de otra virtud aún mas difícil que es la virtud que tuvo María se saber cual es el momento de usar esos ahorros.
Miramos a nuestro alrededor y reconocemos a personas avaras que acumulan sin parar, sin saber para qué ni para cuando....
En aquella noche, mientras María disfrutaba a tope la compañía del Señor y le entregaba lo mejor que tenía, Marta estaba afanosa preparando la cena.
Tantas veces estamos metidos en nuestras vidas estresantes y corremos de un sitio a otro sin valorar la oportunidad única que se nos brinda en cada ocasión. Cuantas veces nos quedamos con los frascos de perfume listos para entregárselos a esas personas especiales para nosotros por no saber discernir cual es el momento oportuno, ese momento final en el que se entrega o se pierde.
Te propongo en este rato de oración que pienses que es eso tan valioso que te estas guardando para una ocasión especial y que el Señor necesita de ti en este momento preciso porque como dice en la lectura Él no estará siempre.
Dios nos pide que paremos nuestra vida de acumulación y ajetreo para dedicarle este precioso instante y brindarle nuestro mejor perfume porque lo mas Grande que tiene Dios es que siendo todopoderoso nos hace imprescindibles a cada uno de nosotros para llevar a cabo su obra.
No te dejes llevar por lo que digan los demás y entrega humilde y realmente al Señor lo mas precioso que tengas en tu vida consciente de que si no hubiera sido por Él no tendrías absolutamente nada.
DIOS TE BENDIGA
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